Al enterarme de algo complicado, pienso y luego hablo. En este caso fue menos posible, un ataque de sinceridad impresionante recorrió todo lo que pensaba, teniendo que escupirlo y decirlo al instante, en un intento por aclarar las cosas. ¿Por qué es así el pensamiento? En las cosas de emociones uno deja de ser racional, eso es lo que se dice, que razón y sentimiento se oponen en una guerra interminable, que nunca se ponen de acuerdo. Es verdad, no hay un acuerdo entre ellos, y eso es lo que provoca las complicaciones. Complicaciones de la cabeza, complicaciones del corazón, con qué lidiar primero y qué postergar.
Entonces, según mi razonamiento, los sentimientos no se pueden razonar…
Ok, me estoy complicando cada vez más. Las cosas se conversan, y mientras sean con sinceridad todo va a salir bien. Pero, ¿cuánto tiempo deberá pasar para darse cuenta de que todo salió bien? Mientras ese tiempo está transcurriendo, más de una persona puede sufrir, y eso es lo que trae las complicaciones. La honestidad con uno mismo y con los demás trae un montón de beneficios para el autocrecimiento y para la seguridad de uno mismo, pero al mismo tiempo deja a las personas desnudas frente al resto, frente al mundo.
Ningún día es comparable con el anterior. Cada día hay nuevas cosas que decir, nuevas cosas que pensar, nuevas cosas que razonar y nuevas cosas que sentir. Quizás si empezara a sentir más en vez de pensar y razonar, algunas personas estarían alegres por unos segundos, pero luego más personas se verían heridas. Quizás si empezara a pensar y razonar más que a sentir, estaría sola en el mundo. Al final, la vida es una balanza entre la razón y los sentimientos, y hay que aprender a convivir con ambos, sin intentar entenderlos.
Esperar a que las cosas sigan su curso natural es lo más sano por ahora…